jueves, 10 de febrero de 2011

Nada se Le compara

 10 de febrero 2011

Nada se le comparaCharles R. Swindoll

     Dios es prominente y preeminente. Es majestuoso en su poder, magnífico en su persona y maravilloso en sus propósitos. ¡Qué reconfortante es replegarnos a la sombra de nuestra propia insignificancia y dar total atención a la grandeza de nuestro Dios! ¡Se trata solamente de Él! 

     Muy diferente al caso de la niñita que iba caminando al lado de su madre bajo un fuerte aguacero con truenos ensordecedores. Cada vez que se producía un relámpago, su madre notaba que la niña se daba vuelta y sonreía. Caminaban un poco más, había otro relámpago, y la niña se volvía otra vez y sonreía. La madre finalmente le dijo: “Querida, ¿qué sucede? ¿Por qué te volteas y te sonríes después del resplandor del relámpago?” 

     “Bueno”, dijo ella, “quiero estar serena y sonreír para Dios, porque Él me está tomando una fotografía.” 

     Damos un gran paso hacia la madurez cuando finalmente entendemos que no se trata de nosotros ni de nuestra importancia. Se trata de la magnificencia de Dios. De su santidad. De su grandeza. De su gloria. 

     El SEÑOR marcha en el huracán y en la tempestad; las nubes son el polvo de sus pies. 
 
     ¡Bueno es el SEÑOR! Es una fortaleza en el día de la angustia y conoce a los que en Él se refugian. (Nahúm 1:3, 7)

     Dios es trascendente. Él es magnífico. Sólo Él es admirable! Él está en todas partes, encima de nosotros, dentro de nosotros. Sin  Él no hay justicia. Sin Él no hay santidad. Sin Él no hay la promesa del perdón ni la fuente de verdad absoluta ni razones para soportar ni esperanza más allá de la tumba. Nada se compara con Él. Como dicen las palabras del himno “Al Rey adorad”:  

AI Rey adorad, grandioso Señor,
Y con gratitud cantad de su amor.
Anciano de Días, nuestro Defensor,
De gloria vestido, Te damos loor.
Buenos Días con Buenos Amigos
Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2011 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.
  

1 comentario:

  1. ¡El es maravilloso, bueno y siempre constante en su amor y perdón para con nosotros!

    ¡Gracias Señor, por permitirme adorarte! Es un gran privilegio servirte!

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