miércoles, 10 de agosto de 2011

EL DEBER DE GUARDAR EL CORAZÓN I

Fondo bíblico:
Proverbios 4,20-27 «Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. 21 No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón. 22 Porque son vida a los que las hallan, y medicina a toda su carne. 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. 24 Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de labios. 25 Tus ojos miren lo recto, y tus párpados enderecen [tu camino] delante de ti. 26 Pesa la vereda de tus pies, y todos tus caminos sean ordenados. 27 No te desvíes a diestra, ni a siniestra; aparta tu pie del mal.»
 
El ser humano se ha hundido en abismos mentales, emocionales y espirituales que le privan de gozo y paz. Encerrado en prisiones de la vida, como rutinas, hábitos, vicios, ataduras, y pasiones desordenadas de las cuales no sabe cómo escapar. Aún cristianos nacidos de nuevo y llenos del Espíritu Santo, luchan con estas cosas. ¿Cómo lograr que nuestra mente y corazón estén libres de todo conflicto y encontrar respuestas duraderas a los males que nos están privando de gozo y de paz? Lo primero que tenemos que hacer es reconocer nuestro enemigo y luchar contra él.

Cierto es que el creyente lucha contra el sistema mundial y contra el diablo.  Pero este no es su mayor enemigo. Debemos reconocer que nuestro mayor problema no es Satanás, el problema reside dentro de nosotros mismos, justo en el centro de nuestro ser. Es desde adentro que abrimos o cerramos la puerta, ya sea a Dios o a Satanás y el mundo. Nuestro mayor problema reside en nuestro propio ser, dentro de nuestro corazón.

Marcos  7,20-23 «Pero decía, que lo que del hombre sale, aquello contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, las desvergüenzas, el ojo maligno, las injurias, la soberbia, la insensatez. 23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.» También Mateo 15, 18-20.
Santiago 1,13-15 «Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios; porque Dios no puede ser tentado de los males, ni él tienta a alguno; 14 pero cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado. 15 Y la concupiscencia después que ha concebido, da a luz al pecado; y el pecado, siendo cumplido, engendra muerte.»
 
Dios nos ha provisto de la manera de obtener un corazón nuevo y un espíritu nuevo por medio de un nuevo pacto. Pero esto no sucede automáticamente como por arte de magia, sino paso a paso, a medida que perseveremos en obedecer a Dios. La mayor necesidad del ser humano es un corazón nuevo y luego educar ese corazón con la palabra de Dios. 
 
Proverbios 4,23 «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.»
 
Nuestro mayor problema no es Satanás
La áreas no redimidas, no rendidas de nuestra vida son los mayores obstáculos que el ser humano enfrenta.

La Biblia dice que Satanás sería atado por mil años. Y aún así la naturaleza humana se resistirá y se rebelará contra Dios. Si hoy Satanás fuera quitado de escena, nuestros problemas no desaparecerán, porque hay una naturaleza resistente y voluntariosa que reside en lo profundo del ser humano. Satanás solo logra entrar donde encuentra esa naturaleza, donde hay una puerta abierta que le da la bienvenida. Por tanto, el problema no es tanto Satanás sino más bien nuestro corazón. Las áreas no rendidas y oscuras de la vida egoísta invitan a Satanás a entrar.
 
Ejemplo bíblicos donde el problema no fue Satanás:
1.   Amor al mundo.
2Timoteo 4,10 «porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica»
 
2.   Motivos perversos
Hechos 20,29-31 «Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño; 30 y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí. 31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno de vosotros.»
 
3.   Indisposición a admitir faltas
2Timoteo 2,25-26 «que con mansedumbre enseña a los que se resisten, si por ventura Dios les dé que se arrepientan y conozcan la verdad, 26 Y se conviertan del lazo del diablo, en que están cautivos, para [hacer] su voluntad.»
 
4.   Falta de disciplina.
Proverbios 16,32 «Mejor es el que tarde se aíra que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.»
Proverbios 25,28 «[Como] ciudad derribada y sin muro, [es] el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.»
 
5.   No perdonar
Marcos 11,26 «Porque si vosotros no perdonareis, tampoco vuestro Padre que [está] en los cielos os perdonará vuestras ofensas.»
 
6.   Terquedad y voluntad propia
Jueces 2,19 «Mas al morir el juez, [ellos] se tornaban, y se corrompían más que sus padres, siguiendo [a] dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y nada disminuían de sus obras, ni de su obstinado camino.»
 
Un corazón puro es la clave para mantener fuera a Satanás
Jesús dijo: «…Viene el príncipe de este mundo; y él nada tiene en mí (Juan 14,30). Como hombre Jesús no tenía áreas no sometidas en su vida que le permitieran a Satanás entrar. Todas las puertas estaban cerradas, toda hendidura estaba sellada; la mente, los sentidos, las meditaciones, los motivos, la voluntad y los afectos, todos estaban consagrados a Dios. 

Satanás no pudo encontrar una sola cosa donde él pudiera meter el pie. Si existe alguna cosa en nuestra vida con la que Satanás pueda jugar, él lo hará. Satanás no teme a las personas que predican, profetizan, o hacen milagros; él incluso animó a Jesús a que hiciera milagros (Mateo 4,3). Pero él teme en gran medida a los seres humanos, hombre y mujeres que están empeñados en hacer la voluntad de Dios.

El poder de Dios está aquí para liberarte, si tú quieres ser liberado/a. pero el asunto está en que nosotros persistimos en mantener nuestros apegos a seguir viejos hábitos y desordenes que brotan de nuestro mal corazón.
 
Razones por las que Satanás gana ventaja
Motivos incorrectos, rebelión, ingratitud, indisposición a perdonar, dureza de corazón, leer material incorrecto, escuchar música incorrecta, estar en lugares incorrectos, con personas incorrectas… todas estas cosas y muchas más, son razones por las que Satanás gana ventaja. Lo que necesitamos hacer es arrepentirnos más y reprender menos al diablo por todo.
 
El poder de un hábito está usualmente en el amor que le tenemos. Y hasta que una persona no cambie sus deseos no alcanzará liberación permanente. Muchos cristianos sinceros anhelan ser liberados de sus malos hábitos pero aún existe una parte de ellos que ama lo que están haciendo. Si es así, deben pedirle a Dios la fuerza necesaria para tratar con su voluntad y los deseos.

Filipenses 2,13 «porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad.»
 
Nuestro más grande y pero enemigo: el corazón carnal
Es cierto que Satanás es nuestro primer enemigo. Que es el causante de que el mal entrara a nuestros corazones. Pero no es menos cierto, que el tentador no tiene el poder de gobernar la voluntad o de obligar al alma a pecar. Puede angustiar, pero no contaminar. Puede causar agonía pero no corrupción. Nadie sin su propio consentimiento puede ser vencido por Satanás.
 
El mundo es otro enemigo del ser humano. El espíritu del mundo es conseguir éxito cueste lo que cueste. Todos los medios de publicidad del mundo, están dirigidos a afectar nuestros corazones. El mundo dice vive en lo alto; cuanto más alto sea tu nivel de vida, mayor será tu éxito. 

Lamentablemente el espíritu del mundo se ha infiltrado en los ambientes cristianos. Esta batalla del espíritu del mundo en el espíritu del ser humano, en el área de su alma, afecta sus cincos sentidos, lo que él oye, ve, huele, gusta y toca. El espíritu del ser humano es un territorio que quiere ser conquistado por el mundo.

Satanás utiliza al mundo. Por medio de los cinco sentidos, el enemigo está constantemente tentando, probando y atrayendo al espíritu del ser humano para que haga lo que no agrada a Dios.
Pero ante todo esto, el espíritu del ser humano tiene libre albedrío; por lo tanto, puede buscar las cosas del Espíritu o las cosas del mundo.
 
Para estar libres de Satanás y el mundo, la carne (no los tejidos materiales) debe ser sepultada. Los impulsos pecaminosos son los que deben ser destruidos y esa es la obra del Espíritu Santo.

Cuando las malas pasiones dominan al hombre/mujer ello significa que la vida natural ha destronado el espíritu. El hombre/mujer es carnal, de ahí que sea necesario un nuevo espíritu.

Un corazón puro es la clave para mantener fuera a Satanás. Necesitamos un corazón nuevo. La mente es estimulada por el corazón.
 
 
¿Qué es el corazón?
Es el centro mismo de la personalidad.
1. 
   Es el centro de la vida de los deseos. Conoce, entiende y calcula. Uno inclina el corazón hacia lo que desea. Dice Salomón en 1 Reyes 3,9 «Da pues a tu siervo corazón dócil para juzgar a tu pueblo, para que pueda juzgar entre lo bueno y lo malo»

El corazón es el depósito de todo lo que se oye o experimenta. De María la madre de Jesús, dice la Escritura en Lucas 2,51 que «guardaba todas estas cosas en su corazón.»
2. 
    Es el centro de la vida de las emociones. Se le atribuye el gozo y el dolor (Isaías 65,14; Proverbios 25,20). El miedo y el temor también son emociones del corazón (Jeremías 32,40; Deuteronomio 28,28).  
3
.   Es el centro de la vida moral. Es el taller de todo lo que es bueno o malo en los pensamientos, palabras y hechos (Mateo 12,34-35; 15,19). Es allí donde reside la conciencia (Hebreos 10,22). Es el terreno donde se siembra la palabra divina (Mateo 13,19)
 
Aplicación
 
¿Qué cosa debemos hacer para elevar nuestro nivel espiritual?  

1.   Alimentar las gracias que Dios implantó en nuestras vidas al momento en que creímos.
2.   Cuidándonos de la mundanalidad.
3.   Buscando la presencia de Dios y no sus dones o regalos.
4.   Guardando y cuidando el corazón.
 
Para cuidar el corazón debemos:
 
1.   Sujetar al análisis, al juicio y a la guía de las Sagradas Escrituras, cada imaginación, pensamiento, sentimiento o deseo que fluye del corazón.
 
2.   Debemos impedir que la corrupción que reside en el corazón salga a flote, o que sea alimentada con más corrupción.
 
3.   Debemos orar fervientemente a Dios por purificación y perfección.
 
Debemos examinar a ver en que condición se encuentra el corazón, para tratarlo, gobernarlo y sanarlo.
 
 
Bibliografía recomendada: Victoria sobre la Vida Egocéntrica por Paul Caram.

Tomado del blog: El Plantio del Señor 
 http://iglesiaelplantio.org/index.php
 

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